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Los riesgos psicosociales: un mal que aqueja a las empresas, es un tema que cada vez más preocupa en el sector empresarial, pero hay una solución para esta problemática.

Riesgos psicosociales: el mal de las organizaciones

Una de las principales causas de rotación de personal y deficiencia laboral en las empresas proviene de los riesgos psicosociales: factores clave que perjudican de forma importante la salud de los colaboradores y, por ende, el buen funcionamiento de la organización. Es por ello por lo que resulta imprescindible identificar, detectar y prevenir los elementos de riesgo psicosocial.

Entre las causas más comunes de las afectaciones en la operatividad y productividad de una empresa es el estado anímico de sus elementos productores, mismo que guarda una estrecha relación con la cultura laboral establecida en la propia organización.

Esto quiere decir que las culturas de trabajo estrechas, herméticas, las cuales no permiten que las personas tomen un respiro, pueden convertirse en víctimas de su propia creación.

Una empresa genera su cultura, pero si no flexibiliza los procesos, sus prácticas se proyectan en una forma de perjuicios y deterioros a su forma de hacer negocios.

Riesgos psicosociales un mal que aqueja a las empresas

Aspectos que deterioran la salud laboral de los colaboradores

De acuerdo con un estudio realizado en 2019 por la Organización Mundial de la Salud, el porcentaje de personas empleadas que sufren de estrés laboral es del 75%, lo cual provoca afectaciones y perjuicios en su salud que van desde debilidad en el sistema inmunológico hasta problemas de depresión y ansiedad.

El estado de ánimo y salud de los integrantes de una empresa es reflejo de las condiciones de trabajo que prevalecen en una organización. Si hay una exposición nociva a los riesgos psicosociales, es altamente probable que los miembros de la empresa comiencen a mostrar actitudes de desánimo, desmotivación y falta de convicción en lo que aportan en beneficio de la organización.

Aunado a lo anterior, los problemas de salud emocional y el estrés laboral –consecuencia de los factores de riesgo psicosocial– tienden a desembocar en problemas físicos como enfermedades cardiovasculares, gastrointestinales, respiratorias, entre otras. Tarde o temprano el impacto de esta situación se manifiesta en la productividad y en el desempeño de los trabajadores, lo cual conduce a las empresas a pérdidas tanto de personal –rotación– como de ingresos.

El acoso laboral (mobbing) y las exigencias ilimitadas propician un ambiente de trabajo en el que se genera malestar y pesadumbre, orientando las condiciones laborales en una dirección perjudicial y dañina para las metas que la empresa pretende alcanzar.

Respecto del mobbing, sus consecuencias están estrechamente ligadas a los riesgos psicosociales; comienzan como síntomas de cansancio, nerviosismo, problemas de sueño y culminan en estados depresivos mayores.

Además, existen también efectos sociales del acoso laboral, entre los cuales destacan las conductas de aislamiento y retraimiento, dificultando así la convivencia entre compañeros de trabajo y generando problemas de comunicación, ambos aspectos fundamentales para el trabajo en equipo necesario para la perdurabilidad de la empresa y su efectividad en el mercado.

Hay que resaltar que los daños a la salud por riesgos psicosociales no recaen únicamente sobre la persona que los sufre, pues a corto plazo tienen un efecto negativo colectivo, es decir, en todas las personas que conforman los equipos de trabajo en una empresa.

Riesgos psicosociales un mal que aqueja a las empresas

NOM-035 para prevenir los factores de riesgo

En el país se implementó la NOM-035-STPS-2018 (Norma Oficial Mexicana), con la cual se pretende establecer los elementos para identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial, así como promover un entorno organizacional favorable en los centros de trabajo.

El hecho de que una norma de este tipo haya tenido que ser legislada puede entenderse como un llamado de emergencia a las empresas para sensibilizarse y reflexionar sobre las condiciones de trabajo que engendra al interior, reconfigurando y dando apertura a un esquema de trabajo que humanice a las personas y traiga consigo resultados favorables para el cumplimiento de los propósitos de cualquier organización que lo lleve a cabo.

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